Evangelio del Día
13 de noviembre de 2025
"¿No ha habido quien vuelva a dar gloria a Dios más que este extranjero?"
¡Buenos días, queridos hermanos en Cristo!
El evangelio de hoy es un poderoso examen de conciencia sobre nuestra gratitud. Diez personas recibieron el milagro de sus vidas, pero solo una volvió para decir «gracias». Jesús no solo cura, sino que anhela una relación personal con nosotros, una que nace de un corazón agradecido.
¿Somos de los nueve que reciben los dones de Dios y siguen su camino, o somos como el samaritano que vuelve a postrarse a los pies del Señor?
📖 Evangelio según San Lucas 17, 11-19
En aquel tiempo, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en una aldea, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!». Al verlos, les dijo: «Id a presentaros a los sacerdotes». Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Este era un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien vuelva a dar gloria a Dios más que este extranjero?» Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado».
📅 Información Litúrgica
Tiempo Litúrgico: Tiempo Ordinario – Semana [XXXII (Treinta y dos)
Color: Verde (esperanza y crecimiento espiritual)
⛪ Celebraciones
Santo del día: Feria del Tiempo Ordinario. (Opcional: San Estanislao de Kostka, religioso). Conexión mariana: María, la Mujer del Magnificat, cuyo corazón rebosaba de gratitud por las «obras grandes» que Dios hizo en ella.
💭 Reflexión: La Gratitud que Salva: De la Sanación a la Salvación
La Sanación de los Diez
Diez hombres gritan desde su miseria. Representan a toda la humanidad herida por el pecado. Jesús les da una palabra de fe: "Id a presentaros". Aún no están curados, pero deben actuar como si ya lo estuvieran. Todos obedecen y todos son sanados. Dios da sus dones generosamente a todos, buenos y malos, agradecidos e ingratos. La sanación física fue para los diez.
La Salvación de Uno
Pero el evangelio hace una distinción crucial. Nueve fueron sanados (curados), pero solo uno fue salvado. El samaritano, el extranjero, el doblemente marginado, es el único que entiende que el don (la sanación) es menos importante que el Dador (Jesús). Su gratitud lo hace volver, postrarse y glorificar a Dios. Jesús le dice: "Tu fe te ha salvado". La gratitud es la fe que ha reconocido al autor del milagro.
¿Dónde están los otros nueve?
Esta pregunta de Jesús no es una simple estadística; es un lamento. Es el dolor de un Dios que nos colma de dones (la vida, la familia, la fe, la Eucaristía) y ve cómo los consumimos y nos olvidamos de Él. La ingratitud es olvidar al Dador. La gratitud es el corazón de la adoración. El samaritano pasó de la necesidad a la adoración.

María, el Magnificat Viviente
Frente a los nueve ingratos, tenemos el modelo perfecto de gratitud: la Virgen María. Toda su vida es una respuesta al don de Dios. Su oración, el Magnificat, es el himno de un alma que reconoce que todo es gracia: "Proclama mi alma la grandeza del Señor... porque ha hecho obras grandes en mí". María no se queda con el don (Jesús en su vientre); lo devuelve al mundo en gratitud y servicio (visitando a Isabel). María nos enseña el poder de la gratitud: A reconocer los dones diarios de Dios, por pequeños que parezcan. A no solo "pedir" en la oración, sino principalmente "agradecer" y "alabar". A entender que la gratitud, como la del samaritano, nos lleva de la simple fe a la salvación y la amistad con Cristo
🎯 En Tu Vida Personal
- Inicia tu oración de hoy solo dando gracias. Haz una lista de 10 cosas por las que estás agradecido.
- No des por sentada la Eucaristía. Después de comulgar (el don más grande), ¿te quedas a dar gracias o sales corriendo?
- Identifica a un «sacerdote» (alguien que te ayudó) en tu vida y vuelve a darle las gracias por lo que hizo por ti.
🎯 En Tu Familia
Establezcan un «frasco de la gratitud» donde cada uno escriba algo bueno que le pasó en el día.
Sustituyan la queja por la alabanza. En la cena, que cada uno comparta «lo mejor» de su día.
Enséñales a tus hijos a dar las gracias de corazón, no solo por cortesía, sino reconociendo el don.
🎯 En Tu Comunidad
Agradece públicamente (pero con humildad) a los servidores de tu parroquia (el sacerdote, los catequistas, el coro).
Sé el «uno» que vuelve. Después de una actividad parroquial, ayuda a recoger y da las gracias a los organizadores.
Inicia una Misa de Acción de Gracias en tu comunidad por una intención específica.
Oración del Día
Señor Jesús,
Maestro bueno, yo también he sido como los nueve leprosos. Tantas veces me has sanado, me has dado la vida, la fe y tu perdón, y yo he seguido mi camino olvidándome de Ti. Hoy te pido perdón por mi ingratitud. Quiero ser como el samaritano: quiero volver a tus pies, alabarte a grandes gritos y darte gracias. Que, como la Virgen María en su Magnificat, mi alma proclame tu grandeza todos los días de mi vida. Dame la fe que no solo sana, sino que salva, una fe nacida del agradecimiento.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén..
💫 Reflexión Personal
Soy consciente de los dones diarios de Dios, o los he normalizado tanto que ya no los veo?
💫 Espejo del Alma
¿Mi oración ¿es una lista de peticiones (como los leprosos de lejos) o un acto de adoración y gratitud (como el samaritano de cerca)?
Viviendo la Fe.
¿Cómo puedo cultivar un "corazón del Magnificat" como el de María esta semana?
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